Rory Block es una de las grandes blueswoman del panorama actual y probablemente de toda la historia. Esta afirmación la hago sin saber muy bien la razón; quizás sea por la escasez de mujeres que practican este estilo o tal vez por la larga y fructífera carrera musical de Block. Su destreza con la guitarra y su espléndida voz es lo que queda fuera de toda cuestionabilidad.
Hasta aquí muchos estarán de acuerdo conmigo, pero tras oír varios de sus trabajos me he vuelto a plantear la grandeza de Rory en el ámbito musical y más concretamente en el bluesero; la mayoría de sus discos los encuentro mediocres y llenos de temas insulsos que intentando llegar a ser pseudoblues, sólo llegan a baladas-pop sin gracia alguna; las instrumentaciones excesivas y los arreglos musicales rebuscados maquillan el pobre resultado final. Esta es mi impresión general de su obra discográfica, pero como en toda regla hay siempre una excepción, merece la pena comentar el único trabajo que creo tiene la suficiente calidad como para aparecer en esta sección.

When a woman gets the blues está editado en 1995 por el sello Rounder. En el disco se puede encontrar a la Rory que un día fue y que probablemente sigue siendo, sino se empeñase incomprensiblemente en alejarse de la exquisita línea de la sobriedad tan presente aquí. El repertorio consta de 14 temas acústicos compuestos por artistas de la talla de Son House, Charlie Patton, Skip James o Blind Willie McTell; el tratamiento que Rory hace de estos temas es interesante ya que respetando los patrones y cánones del country-blues, pone su impronta personal con la voz y una ejecución con la guitarra de mucha calidad. Prácticamente todos los temas son interpretados con voz y guitarra exceptuando “On the Wall”, en el que además se hace acompañar por el pianista Warren Bernhardt y “Railroadin´ Some” donde la fenomenal armonicista Annie Raines pone el toque de calidad.
La demostrada calidad de Rory Block como guitarrista y su estupenda voz son suficientes para conseguir un resultado óptimo y satisfactorio. Sigo sin entender por qué el resto de su obra está llena de elementos musicales perniciosos que la convierten en algo vacío y carente de interés.

When a woman gets the blues es un álbum puro, sin aditivos, lleno de alma, de olor a madera y campo… Sin llegar a ser genial, es muy recomendable para los seguidores del blues acústico y la única prueba que he encontrado de que Rory Block es una grande del blues.

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