Esta es la segunda entrega escrita por Ñaco Goñi para La Taberna del Blues. Incorpora como novedad una entrevista realizada a Whisky david y que servirá como adelanto al conjunto de entrevistas que aparecerán reunidas en DVD en su próximo doble CD Blues Con Los Colegas II.
El otro día nos dió el puntazo a José Beethoven y a mí (José es el jefe del Beethoven Blues Bar, C/Carolina Coronado 27, Madrid), con 15 años ya de actuaciones en directo y básicamente 99’99% blues). Al cerrar el bar después de una actuación le digo: “oye tronco, ¿cogemos la furgo y nos vamos a Altea a entrevistar a Whisky David? Y va el colega y me dice: «venga vamos» Jajaja ¡¡¡¡¡qué “colgao”!!!!!
“Colgao” es la palabra que mejor describe mi ser en la época en la que me metí de lleno en la música y el que tuvo retuvo: sin la proposición absurda y peligrosa que le hice a José a las 5 de la madrugada y sin la contestación absolutamente irreflexiva y sin el más mínimo tiempo para meditar los pros y los contras que él me contestó, no tendría ahora este 2º capitulo de ¿mis andanzas? y además con alguna imagen de video. Así debía funcionar yo en el 82 con unos 15 años, todo energía, ganas de vivir y cabeza de chorlito (no, eso no, era espabilado, tenía un curro de verano y de ahí sacaba todo para comprar vinilos, instrumentos y sobre todo cerveza.) El hijo del dueño del bar donde curraba era Paco Melero, un gran bajista (tocaba con Moris hasta que desembarcaron los Tequila y se hicieron su banda para el “Fiebre de Vivir”, uno de mis discos favoritos) y un tipo con un salero y una gracia fuera de lo común. Estar allí era un chollo, ponía café a Jean Luc Vallet que vivía enfrente, su hija Sonia era pelín más mayor que yo. Abajo estaba Ulises Montero, en la misma calle José María Guzmán, Buyi, Manolo, El Jimmy, El Bareta, Wyoming y Seju, en el chopo de la Prospe, el gran contrabajista David Thomas que tocaba en el “Whisky Jazz” y el único músico de color en la Orquesta Nacional. El jazz español le debe mucho a ese hombre que murió de un cáncer linfático siendo relativamente joven ¡Qué coño! No debía tener ni 50, en lo mejor de la vida. Me lo presentó José Serrano alias “El Amenaza”, un querido amigo del colegio. Era su vecino y me llevó a su casa. Toqué un rato con él y os aseguro que era, junto a Lou Bennet, lo mejor, más auténtico y puro en lo que a jazz se refiere que pudieras escuchar en Madrid. Fernando Carbonell, Trúpita, Josele Román, una antigua actriz que tenía una banda de pibas, la movida de decadencia en el parque de Berlín, esos tiempos entre la Prospe y la zona de Ciudad Jardín y las colonias de unión eléctrica con ilustres vecinos: Miguel Ríos, Ana Belén y Victor Manuel vivían por allí y se movían Urtáin, Evangelista y Legrá. Los menciono ya que con unos 10 años, antes de todo ésto, yo quería boxear, tenía mis guantes, un puching y los sábados madrugaba y me iba a entrenar. Los chicos del barrio hacíamos pequeños torneos y no se me daba mal, pero no tengo esa chispa especial que te permite combatir. Menos mal.
En esos tiempos de aprendizaje tocaba con músicos como Whisky que era vecino de los alrededores de la Prospe y Malcolm (Malcolm era de la Concepción pero en esas épocas bajaba a nuestro barrio a tocar cuando no iba al metro). Yo me apuntaba a un bombardeo y tocaba con cualquier persona que llevara un instrumento o pasara por el bar. En esta época todo iba muy rápido, yo era demasiado joven y mis recuerdos no son demasiado claros, tampoco quiero dar la tabarra en demasía, hice 2 veces 7º y tres 8º de E.G.B, por no ir, que no por burro. Cuando se impuso lo del graduado lo saqué en tres meses. Lo único que tenía significado para mí era el blues, ese sonido me decía que existían más cosas que las que nos contaban, era una voz que me hablaba de la vida. Charlie Patton me impresionaba literalmente. De alguna manera los viejos cantantes, cada uno de los bluesman parecía que tocaba diferente estilo al de los demás, tan grande era su personalidad. Tampoco había una difusión tan universal como ahora: el músico que tenía diversos estilos era aquél que viajaba y se iba impregnando de los sonidos de las ciudades por las que iba pasando. De alguna manera estos sonidos (no entendí las letras hasta mucho tiempo después) me han dado algún tipo de conocimiento o sabiduría que no puedo precisar pero sé a ciencia cierta que le debo casi todo lo que soy al blues.
En fin, Prospe y barrios aledaños eran una cantera de músicos extraordinaria. Vivían muchos y muy buenos músicos y artistas. Mis amigos de mi edad eran casi todos heavies,o les gustaba la música sinfónica tipo Pink Floyd o Tangerine Dream y ya sabéis además: Deep Purple, Jethro Tull, Rory Gallagher. Yo era el “rarito”. Recuerdo una baza en el 82: teníamos entradas para conciertos a la misma hora, quedamos todos en el parque, nos bebimos un montón de vino y de whisky y a la hora de ir a las salas se fueron mis colegas, unos veintitantos al pabellón a ver a ¿Judas Priest? (no recuerdo) y yo solito a ver a Bo Diddley a la sala Morasol. De todas formas eran mis colegas por edad y barrio y que yo fuese “bluesman” les parecía bien. Era esa época en que la gente se atizaba si uno era mod u otro rocker, ¡qué absurdo, en nombre de la música, semejante falta de razón! Nunca lo entendí pero, ¿sabeis? Si me hubiera gustado el pop o el tecno de la movida madrileña algunos no me hubieran aceptado como amigo: lamentable,,,,, pero bueno más o menos los chavales andábamos así de “alobaos”.
Todo esto hizo que mis primeras amistades en el campo de la música fuera la de tíos que ya tenían una edad, aunque en el escenario no hay edad, hay talento. Si un menda toca, aunque sus compañeros le saquen 20 años en el escenario le respetarán y le seguirán si es que imprime ritmo e ideas. Quizá fuera de escena bromearán con él y le vacilarán pero también le enseñan y le ahorran tiempo a la hora de aprender cosas de cualquier índole, aparte de que le aprecian.
Whisky David Cuenta la leyenda que «Whisky» David Waterstone bajó con una banda desde Escocia con su furgoneta y su nuevo vinilo. Él formaba parte del Blues Boom que vivíó toda Europa, la Europa libre y demócrata. Era el año 66 y tocaba con un grupo extranjero (curiosamente la mañana que llegamos José y yo a verle a Altea era su cumpleaños, le caían 66 de los cuales 44 tocando blues en España). Después de sus actuaciones tenía bien comprobado lo que costaba un whisky o una cerveza y que no había una hora de cierre en los bares como les hacen o hacían a los británicos, a las 22,30 el bar chapao, «TE CAGAS». Vamos no me extraña lo más mínimo que se quedara, máxime en ese Madrid en el que podías pasar la noche alternando en varios tipos de bares cojonudos y acabar comiendo el pan caliente de la tahona. Así que sin meditar lo más mínimo, que es como se hacen estas cosas, decidió quedarse, le regaló su furgoneta a los colegas y los mandó a casa. Esto es lo que se contaba en el barrio cuando yo era chaval y aun no lo conocía personalmente más o menos es algo así. En cualquier caso es mi versión favorita. Una vez ya en Madrid, siendo guiri rubio y más en aquel tiempo, con sus 22 añitos es más que probable que se lo pasara de órdago, él al menos dice que no se acuerda.
Esto me lleva a cómo conocí a Whisky. Siendo yo muy chaval, me solía encontrar a David “algo mareado” en el césped del parque o lo veía pasar a menudo calle arriba o calle abajo. Me llamaba mucho la atención por su vestimenta, nada propia para un hombre de su edad, o por la buena cantidad de whiskey que ingería. Un día mi vecino Pepe me dijo:”He conocido a un tipo que decía que toca Blues de ese que te gusta, está esta noche a las 10:30 en el Harvest”. Cuando vi que se trataba de este personaje, todo me cuadró perfectamente
En Inglaterra, Escocia y el circuito británico sonaban en los bares en directo Yardbirds y Led Zeppelin, Alexis Korner, Brian Auger, Mayall, Clapton. Long John Baldry y mucha peña blusera muy buena ¿qué puedo decir de esos años, de esos grupos y de la música que hacían? También los Rolling, Who y esos grupazos, amén de toda la vasca glam y los coloretes. Que te cuente David, pertenecía al primer grupo pincha aquí para escuchar Ruby, Ruby Baby. De hecho, en su corto período tocando en su tierra, estaba asociado y hacía actuaciones con Rod Mayall, hermano dos años menor que John. Rod también estuvo en España donde fundó o se integro en “Los Buenos” grupo insigne, pionero en el Blues español del que tengo el gran placer de conocer a su bajista Iñaki Egaña.
Al llegar aquí no tardó en contactar con Miguel Ríos que le incluyó en su banda. Tienen un gran recuerdo uno del otro, debieron ser unos tiempos muy buenos para esos viejos zorros. También hizo televisión con Miki y los Tonys y trabajos que supongo estarían bien pagados. Él me dice que no encontró, o no recuerda, grupos que tocaran blues, al menos en Madrid, pero sí músicos que lo conocían y tocaban, y él se apuntaba a tocar con ellos. También organizó «Los Shakers». Pensad que estaba el hermano de Junior en la banda y no habría un predominio de actuaciones en clubs de barrio, eso llegó más tarde. Nos cruzamos en 1981 y él tenía su banda, Whisky David Group, y hacían un meddley con los Muphets liderado por Tony de Juan (Coz) y de cantante su mujer, María. Sonaban las dos formaciones muy bien en esa época. David me sacaba todos los días a tocar el Hoochie Coochie Man,
Recuerdo y me han contado muchas anécdotas sobre David, muchas de ellas son de éstas que tienes que estar, ya que él es una anécdota con piernas. En la historia del blues de Madrid y Levante, Whisky David es un pionero, es una de las personas, si no la que más me ha influido, sí fue de los primeros de estos eslabones de la cadena de casualidades, sucesos y acontecimientos que hicieron que yo me dedicase en cuerpo y alma a la música Blues. Por cierto, José y yo nos lo traemos al Beethoven Blues Bar el 10,11 y 12 de junio, trataremos de hacer jam con todo músico que aparezca, aquí tenéis una magnífica ocasión de escuchar a un autentico hombre del blues y, si tocáis algún instrumento, de participar en las actuaciones.
Para ver la entrevista de Ñaco Goñi a Whisky David pincha aquí
Joderse qué bueno.
Siempre pensé que esos años fueron buenos, ya tendrían también sus cosas, pero yo era un renacuajo en una ciudad de provincias con un entorno de provincias y no me cosqué de ná de lo bueno hasta los 25 o por ahí. Así que… Ñaco, lo siento quiero más gasolina.
El vídeo del yutbe mola mazo (como se diería en la calle por aquellos años, ¿no?)
Enhorabuena a la Taberna por estas cosas.
Ya ves, Ñaco, en ese 82′ yo fui uno de los que se metieron en el Pabellón a ver a los Judas. Aún conservo la entrada. Lo que demuestra que al blues se accede desde muchos caminos y encrucijadas. En esa nos cruzamos…
Buenos momentos que nos recuerdas.
que grande el ñaco !!! y whisky que autentico personaje blusero.
Bondi esos judas priest!
y a por la tercera ñaco!